Garcilaso de la Vega, Tasso y Bembo


    El Siglo de Oro español tuvo como uno de sus máximos exponentes a Garcilaso de la Vega, poeta renacentista que vivió en el primer tercio del siglo XVI. Casi coetáneos y con rasgos similares (aunque pertenecientes a una distinta geografía) nos encontramos a Torquato Tasso, poeta italiano de la época de la Contrarreforma; y Pietro Bembo, humanista veneciano. A continuación, voy a analizar tres poemas de estos autores. Tomando como referencia el soneto de Garcilaso, voy a tratar de resaltar las similitudes y las diferencias que los otros dos guardan con éste. 

GARCILASO (XXIII) 
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto, 
y que vuestro mirar ardiente, honesto
enciende el corazón y lo refrena
y en tanto que el cabello, que en la vena 
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto
el viento mueve, esparce y desordena: 
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre. 


BEMBO (V)
Cabello de oro y ámbar terso y puro
que al viento sobre nieve flota y vuela, 
ojos dulces más que el sol brillantes
que vuelven noche oscura en claro día
risa, que aquieta cada dura pena
rubíes y perlas, donde las palabras 
salten tan dulces que el alma colman
mano ebúrnea que el corazón arroba
voz, que parece armonía divina, 
juicio discreto en una edad tan tierna, 
belleza nunca viste entre nosotros
juntas gran honradez y hermosura
anzuelo fueron de mi fuego y, en vos, 
gracias, que el cielo a pocas suele dar. 


TASSO (Gli amori)
Mientras que el oro con hermoso yerro
ondea alrededor de vuestra frente,
mientras que la primavera con ardiente
color y bello vuestra cara exorna, 
mientras que el cielo ofrece un día más claro, 
coged la bella flor, oh jovencitas, 
de vuestra dulce edad, y con Amor
quedaos a menudo en compañía.
suele el invierno con su blanca nieve
vestir oteros y cubrir la rosa 
y el campo convertir árido y triste. 
Coged, necias, la flor rápidamente, 
huidizas son las horas, leve el tiempo,
cada cosa veloz a su fin corre. 


    Los tres poemas tratan el tema del "carpe diem". Más concretamente, utilizan este tópico dirigido a mujeres jóvenes ("collige, virgo, rosas"). Se trata de una incitación a gozar de la juventud y la belleza (ambos dotes irrecuperables) mientras aún se posean. Las invitan a disfrutar del amor (simbolizado con la rosa) antes de que se escape con el paso del tiempo, inexorable. Sin embargo, pueden apreciarse matices diferentes.

    Empiezan esencialmente igual: con la descripción de la dama, de la "donna angelicata". En todos se aprecia un dualismo entre lo rojo y lo blanco, lo ardiente y lo sereno, lo pasional y lo puro. Este contraste está muy marcado y se repite reiteradamente. Somos capaces de visualizar a la doncella de la que nos están hablando. Su melena rubia, ondeante con el viento; su tez clara, sus mejillas sonrojadas y sus labios rojos. Es grácil y elegante. Divina. No obstante, bajo mi punto de vista, los sentimientos que despierta en cada uno de los poetas es muy diferente. 

    Bembo parece hablar desde el enamoramiento, va más allá de lo superficial y enumera esas cualidades con mucha más emoción y devoción ("ojos dulces más que el sol brillantes", "voz, que parece armonía divina"). Tanto es así que, a diferencia de los otros dos, ni siquiera emplea el "tempus fugit". No es severo con ella, no utiliza sentencias amenazadoras. Simplemente alaba sus virtudes, embelesado. Asimismo, la caracterización que hace es mucho más personal; le está hablando a un a mujer de carne y hueso, no a un mero concepto. Aunque la esté idealizando, me da la impresión de que se dirige a alguien con nombre y apellidos, no a una "donna angelicata" cualquiera. 

    De forma completamente opuesta, Tasso hace un esbozo escueto y generalizado (se refiere a las jóvenes en plural) y pasa directamente a alertarlas sobre lo que les espera. Lo hace de forma tosca, brusca ("coged, necias, la flor rápidamente"), sombría ("el campo convertir árido y triste") y dramática ("cada cosa veloz a su fin corre"). 

    Garcilaso, por otro lado, podría considerarse un punto medio. Se detiene más en dibujar a su amada, pero obtiene un retrato figurativo, persiguiendo un fin estético. También las advierte con más mesura y delicadeza ("coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre", "Marchitará la rosa el viento helado").







Comentarios

Entradas populares