Si no te conzco, no he vivido
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
— Luis Cernuda, Los placeres prohibidos (1931)
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
(Soneto V)
Además, la pasión es ineludible e incontrolable. Su unión ha sido predestinada. El universo ha atado las dos almas; su vínculo es eterno, inquebrantable. Por eso el amor no se limita a la esfera de lo terrenal, sino que va más allá. Indefenso ante los impulsos que le mueven hacia ella, el poeta queda supeditado por completo a la voluntad de la dama.
rompiendo el aire siempre con sospiros;
y más me duele el no osar deciros
que he llegado por vos a tal estado;
que viéndome do estoy, y lo que he andado
por el camino estrecho de seguiros,
si me quiero tornar para huiros,
desmayo, viendo atrás lo que he dejado;
y si quiero subir a la alta cumbre,
a cada paso espántanme en la vía,
ejemplos tristes de los que han caído.
sobre todo, me falta ya la lumbre
de la esperanza, con que andar solía
por la oscura región de vuestro olvido.
y sobre él de tal arte ha labrado
que amuestra bien la obra estar determinado
de querer para siempre este aposiento;
Trátame de manera que a mil habría muerto,
mas yo para más mal estoy guardado;
estó ya tal que todos me han dejado
sino el dolor que en sí me tiene vuelto.
Ya todo mi ser se ha vuelto en dolor
y ansí para siempre ha de turar,
pues la muerte no viene a quien no es vivo;
en tanto mal, turar es el mayor,
y el mayor bien que tengo es siempre llorar:
¡pensad cuál será el mal do el bien es el que digo!
por el hervor del sol demasïado
y sequedad d’aquella arena ardiente,
o a la que por el hielo congelado
y rigurosa nieve es intratable,
del todo inhabitada de la gente,
por algún accidente
o caso de fortuna desastrada
me fuésedes llevada,
y supiese que allá vuestra dureza
estaba en su crüeza,
allá os iria a buscar como perdido,
hasta morir a vuestros pies tendido.
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